Um universo de mulheres do mundo

terça-feira, 19 de fevereiro de 2008

Carta de divórcio...

Estimada Cristina:
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>> Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución de nuestro vínculo matrimonial.

>> A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificación al Notario (...)(...) y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.

>> Como verás, he dividido la lista en dos partes. Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú.

>> Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil (hasta las 10)
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>> COSAS QUE DESEO CONSERVAR:
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>> - La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina.
>> - El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra.
>> - El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar.
>> - La mancha de rimel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.
>> - La promesa de que yo sería el único que besaría la constelación de pecas de tu pecho.
>> - El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor.
>> - Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres.
>> - Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos. (También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).
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>> COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TÚ:
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>> - Los silencios.
>> - Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina.
>> - El sabor acre de los insultos y reproches.
>> - La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío.
>> - Las nauseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa.
>> - El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él.
>> - Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu ingle.
>> - Jorge y Cecilia... Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener.
>> Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc.) solo comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo sólo son eso:... objetos.
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>> Por último, recordarte el n º de teléfono de mi abogado para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro acuerdo.

Afectuosamente Roberto